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Compañeras y compañeros:

Es un honor para mi que nos hallan designado junto a este distinguido grupo de compañeros, para desempeñar la noble e importante tares de dirigir los destinos de la juventud del partido nacional.
Agradecer a todos los compañeros que se animaron, que se comprometieron con este sueño. Felicitar a todos los que por lo menos intentaron.
Este congreso es el final de una etapa, la primera, la de conformar mediante una votación sin precedentes en el Uruguay, todos los órganos de la juventud del partido.
En un momento en que todos coinciden al afirmar que el sistema político esta completamente alejado de la ciudadanía y de los jóvenes en particular.
Los números de la pasada elección de jóvenes viene a romper con esa premisa, por lo menos en el Partido Nacional,
Se desprende entonces que el problema no radica por lo tanto en la lejanía de los jóvenes para con el sistema político, sino en la forma en que los partidos políticos se comunican con ellos.
Si podemos hablar de las causas del descreimiento en la política, que no son otras que el sentimiento de frustración que genera los problemas no resueltos y la falta de iniciativas. Por ende la culpa es de quienes no han sabido estar a la altura de las circunstancias, por mentir o por no colmar las expectativas. La culpa no es del ciudadano que creyó, no puede ser una culpa el soñar, no se puede matar de esa forma la esperanza.


El 12 de mayo pasado vivimos una elección ejemplar, demostramos una vez más el carácter vanguardista del Partido Nacional.
Esta votación no escapó a las más caras tradiciones de nuestro Partido, llegando a todos los rincones de la patria, para escuchar la voluntad de los jóvenes a lo largo y ancho de todo el territorio nacional. Supimos interpretar a los jóvenes uruguayos, querían ser escuchados.
Por eso las características de la misma, a padrón abierto, las múltiples listas y el voto interdepartamental entre otras.

Ahora comienza una segunda etapa. Que no es otra cosa que la de prepararnos para la tercera, que es asumir las responsabilidades de generar políticas de juventud para llevarlas a cabo a partir del primero de marzo de 2010.
Que decir de los Blancos y los jóvenes, si son casi sinónimos. Desde los primeros tiempos tenemos en el Partido un rol preponderante, en aquellos tiempos de luchas por las libertades y los derechos de quienes no eran escuchados.
Permítanme citar al General Aparicio Saravia:
“ La juventud verdadera esperanza para el porvenir, a la cual he profesado siempre tan alto cariño, tiene el puesto de honor entre mis filas, compuestas ellas en su inmensa mayoría, como ha sucedido siempre en nuestra lucha por la libertad, de ese noble y valiente elemento de nuestros campos, que una vez más abandonando familias e intereses, con el desinterés y abnegación que le son característicos, viene a sellar con altivez y su sangre la honrosa tradición de este noble pueblo: de no admitir gobiernos tiránicos ni oprobiosos.
Vuestro, General Aparicio Saravia”

Más adelante, los jóvenes blancos volvimos a la lucha. Cuando los imperios desplegaban sus títeres, para tomar el poder por la fuerza. El Partido alzó su voz en contra de quienes intentaron gobernar con las armas y quienes gobernaron con las armas.
Hoy en día una de las batallas que enfrentamos los jóvenes es romper con los lazos que nos unen con ese período de enfrentamiento entre uruguayos.
Vemos como los actores de ese tiempo pasado continúan disparándose, pero ahora con balas de culpa, y sin pedirles disculpas a una ciudadanía que si los perdonó.
Todo lo contrario vemos que en los actos reivindicativos enseñan a quienes odiar. Porque estos dos bandos hicieron del odio una forma de hacer política.

La batalla más importante que dar, es por mejorar la incómoda posición en la que se encuentran los jóvenes en nuestro país. Olvidados, como exiliados económicos.
Sé y me consta que muchos jóvenes dan la cara por este gobierno, pero también sé y me consta que este gobierno les dio la espalda.
¡Ni una sola política de juventud!
El instituto Nacional de la juventud esta devastado, sin presupuesto sí, pero sin ideas también.
El INJU en el ostracismo absoluto. La única noticia que hemos tenido del Instituto Nacional de la Juventud en dos años y medio es que solucionó el problema de desempleo a un joven, el problema es que ese joven es el aspirante a yerno de la Ministra Arismendi.
Sé que algo es algo, pero es insuficiente,
Si tenemos en cuenta que el desempleo ronda en el 10 %
Que la taza de desempleo de jóvenes menores a 25 años es de 27.5 %
Que en los hombres menores es de un 24.1 % y en las mujeres del mismo rango es aún peor, es del 32 %
Que alrededor de 17.000 jóvenes se van por año
¿dónde están las políticas de juventud?
¿dónde están las soluciones?
Al desempleo, a la vivienda, ¿Dónde están los incentivos para que los muchachos y muchachas se queden?
Se que parece una pregunta complicada pero la respuesta es sencilla: ¡están acá, en el Partido Nacional! Que siempre ha tenido y tendrá propuestas para las políticas de juventud.
Porque tenemos un legado, una obligación, de respetar las tradiciones partidarias, que no son como muchos piensan las cabalgatas y los campamentos que si forman parte de nuestra tradición,

sino de ser el partido ejecutivo por excelencia, la colectividad política que más proyectos de ley presenta, tanto siendo gobierno como oposición.

Y esa es nuestra forma de trabajar. Como ya lo hemos hecho presentando en las elecciones pasadas un plan de gobierno de la juventud, con propuestas. Y lo seguiremos haciendo, haciendo honor al pasado glorioso, un pasado que nos indica el camino ya trazado, de defensa de la dignidad del individuo en toda su extensión.

Tenemos el imperativo de trabajar para renovar viejos sentimientos.
Para que todos los uruguayos volvamos a creer. Porque el partido Nacional ya es el renacer de la esperanza.

Que ( como decía Wilson ) “ el viejo árbol tiene flores nuevas y raíces profundas…”

Y acá esta toda la juventud del viejo y querido Partido Nacional.

Y no esta sola, esta acompañada y acompañando un Partido lleno de renovación, acompañada de mucho jóvenes de otra época que dieron sus vidas forjando esta Patria.

Acompañada por una multitud que a lo largo de los tiempos dejaron todo defendiendo las leyes.

Levantando su voz, rompiendo las barreras, opinando, proponiendo, denunciando y exclamando:

Que hay un país es posible,

Que a nadie le puede quedar un resabio de duda,

Que somos el país que se viene!

Quiero dejar, desde el fondo de mi corazón un último mensaje,

Desde este corazón que hoy está abarrotado por 55.000 voluntades,

De 55.000 semillas de esperanza
Que vienen a confirmar que el país se merece un nuevo gobierno blanco, que el país necesita un nuevo gobierno blanco

De 55.000 voces que me ayudan a gritar
¡ viva el partido Nacional!