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Nuestro compromiso con UTEC

En primer lugar me gustaría señalar que el que piense que el “maniqueísmo de bueno contra malos” que el FA empleó durante años se combate repitiendo el mismo atropello, se equivoca. Yo me formé políticamente junto a Jorge Larrañaga y leyendo mucho a Wilson Ferreira. Y si hay algo que aprendí o interpreté se puede resumir en una frase de Wilson que dijo: “Se nos pregunta si estamos dispuestos a asumir costos políticos. Y naturalmente que sí ¡Qué poca gracia tendría todo esto! … ¡qué mezquina sería toda la actividad política si midiéramos nuestras actitudes en función de lo que pueda reportarnos, a favor o en contra, desde el punto de vista electoral! Nosotros tenemos responsabilidades para con la patria y las vamos a cumplir” Esto es un resumen de 176 años de pasado y una hoja de ruta para el futuro. Estos conceptos le quitan al Wilsonismo sus “marcos” de manual, de manifiesto, para transformarlo en una ACTITUD. Esa es la actitud que mamé en Alianza Nacional, esa es la actitud que intento practicar y ojalá logre plasmarla. Nuevamente, con el proyecto de Universidad Tecnológica a instalar en el interior del país –entiendo yo- esto se puso a prueba. Y más allá de los reparos que le podamos hacer al cogobierno de la universidad por algunos resultados, es fundamental ver el bosque. Puede gustarte o no, podes votarlo o no. Lo que no podemos ocultar es de los resultados que NO VOTAR implica. Pues el difuso concepto de “crear algo mejor” como excusa para no votarlo, puede llevarnos varios días, meses u otros cincuenta años de postergación. No votar significa que no se concreta y punto. Primero están los muchachos que esperan respuestas desde el Uruguay negado y postergado. Si votar la UTEC significa que los más anti frente amplio me acusen de “amigo de Mujica”, estoy dispuesto. Que los neo-maniqueistas me pongan momentáneamente del lado de los malos –hasta que vuelvan a precisarme-, estoy dispuesto a soportarlo Por La Patria. Analicemos el co-gobierno, estudiemos la Carta Orgánica de la Universidad de la República, hagámonos cargo de nuestro gobierno de 1959, está todo bien, no tengo problemas en hacerlo. Pero entendamos que debatimos una “forma” y que por más que no nos gustan sus resultados, hay cosas que están por encima. Tampoco –como uruguayos- nos gustan los resultados de los últimos gobiernos argentinos, creo que por ello no pondremos en tela de juicio el sistema democrático. Incluso han llegado algunos al agravio gratuito -y recurrente- de menospreciar la actitud de los legisladores del interior porque piensan en el pago chico. Eso revela tanto el resentimiento de la incomprensión. Es el mismo criterio con el cual cerraban escuelas rurales porque había poca población. No se les ocurría ni por accidente generar oportunidades para el interior. Es un reclamo histórico del Partido Nacional, desde “Nuestro compromiso con usted” en 1971, en 2004 la propuesta programática de Larrañaga contemplaba la creación de la segunda universidad en el interior .El diputado Javier García propuso algo similar en 2007. Estoy orgulloso de mis legisladores que votaron. Detrás de la postura intransigente del Frente Amplio –creo- que se escondía una jugada política. Dejar al Partido Nacional como enemigo de "los muchachos del interior". Sin embargo nuestros legisladores dieron su voto, porque por la descentralización hemos luchado una vida. Pero dejemos bien en claro que la UTEC no se va a crear de un día para el otro, y que nadie va a tener "la universidad en la esquina de la casa", ese es otro cantar. El trabajo recién comienza.
Pero, excusarnos en el co-gobierno para no votar la UTEC, es nuevamente optar por el camino corto, la chicana, ver únicamente el árbol. Sé que es un partido complicado, ya que nuestras ideas y nuestra visión no ha permeado a quienes son mayoría en éstos órganos – ES CULPA NUESTRA- no del instrumento. Actuar en forma madura es no escondernos, yo me animo a dar esa batalla, es más, me tengo fe. Pero cercenar esta posibilidad porque es difícil, sería intentar tapar el sol con la mano. Nuestro compromiso con la Patria es mucho más que llevarnos la pelota y que NO se juegue. Lo digo una vez más, los caminos cortos no son dignos de nuestra historia. Federico Ricagni YoY